Las cosas han cambiado, ya no somos princesas abnegadas que nos quedamos limpiando el castillo y atendiendo a nuestro maridito, ya no nos tenemos que encargar de todo “porque es lo que una mujer debe hacer”, ya no queremos ni sapos ni príncipes con cuento, queremos una pareja que de lo mismo que nosotras damos.
Ahora somos mujeres fuertes luchadoras buscando un equilibrio emocional – familiar, YA NO SOMOS PRINCESAS DE CUENTO, SOMOS MILITARES DE ALTO RIESGO.
Deja un comentario